martes, 18 de diciembre de 2012

HISTORIA DE LA MEDICINA EN COLOMBIA - HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS

Una sala donde sobran los enfermos y faltan las camas: Una clínica en San Juan de Dios, donde los pacientes se aglomeran sin distinción, el tuberculoso al lado del tísico. Obsérvese, junto a los visitantes, un convaleciente habilitado de enfermero. REVISTA EL GRÁFICO 1922 N° 626 

El siguiente documento, elaborado por la administración de la ciudad de Bogotá, presenta la Historia, con un enfoque artístico - arquitectónico, del Hospital San Juan de Dios de Bogotá.

Dicho centro asistencial, actualmente cerrado, representa la evolución de los centros hospitalarios de alta complejidad, en el país desde la colonia hasta finales del siglo XX, inicialmente como centros de atención y posteriormente como centros de formación de nuevos profesionales.

Lo presentamos en este blog, no para unirnos al coro de quienes lloran, con mayor o menor fundamento, por "glorias pasadas", sino para ayudar a formar una mirada en el tiempo de la institución, para reflexionar sobre la necesidad de adaptarse a los cambios en el entorno y recordar que lo que esta por construirse es un nuevo capítulo, no el retorno a una etapa que ya pasó. 

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domingo, 16 de diciembre de 2012

HUMANIZACIÓN - EL DIFICIL ARTE DE AYUDAR

N.E: Los momentos de encuentro entre los Profesionales de la Salud y los Pacientes, se pueden analizar desde diversos puntos de vista. En esta ocasión queremos compartir con ustedes una reflexión del ex sacerdote católico Gonzalo Gallo, sobre las relaciones de ayuda, las cuales consideramos el el propósito fundamental  de dichos encuentros.




EL EXIGENTE ARTE DE AYUDAR. 
Por Gonzalo Gallo

Ayudar es un arte que pide sabiduría para no causar estragos cuando  crees ingenuamente que estás haciendo el bien. De hecho, muchas veces ayudar no es más que alcahuetiar y el que dice “tan bueno yo”, debería afirmar: “tan cándido y tan pendejo yo”. Cuando tú te pones de cojín un “vivo” se te monta, y cuando tienes una personalidad de tapete te caminan por encima. Para ser feliz no debes llevar las cruces de los demás ni hacer malabares con tus bienes, sólo necesitas conocer y aplicar las Leyes Espirituales. Siendo tan “bueno”, como erróneamente lo crees, abusarán de ti y sufrirás lo indecible hasta que aprendas a ser firme y a decir: No.
El que ayuda sin sabiduría es víctima de unas creencias equívocas que lo impelen a ayudar sea como sea, ciegamente. Además, el Ego se infla, se siente bien al hacerlo y en tu interior te susurra: “tan bueno tú que ayudas”. Lo cierto es que sólo debes ayudar cuando se cumplan las siguientes condiciones:

1. Aceptas la realidad y no interfieres en el aprendizaje del otro. Los sabios aseguran que cada ser vive exactamente lo que necesita vivir para aprender lo que debe aprender. Nadie está mal por mala suerte sino porque debe cosechar lo que sembró. Sí evitas que la otra persona aprenda en la Escuela del dolor, sólo retrasas su aprendizaje y además te haces responsable de eso. La vida funciona con base en leyes espirituales y todo ser humano debe sufrir las consecuencias de sus actos para que pueda evolucionar. Sin consecuencias nunca se toma consciencia.
Entiende que al que malgasta su dinero o al que se queja sin tregua, le tendrás que “ayudar” toda la vida ya que en tu ignorancia le solucionas sus problemas y él sigue tan fresco. Cada mes puedes darle dinero y cada mes lo botará. Nada arreglas y sólo postergas su cambio. Lo haces “porque es mi hermano”, “porque es mi mamá o mi papá”. Olvidas que a ese ser Dios lo ama, pero no le soluciona los problemas que él mismo crea. En suma, crees que obras bien y en realidad evitas que alguien fresco o pusilánime evolucione y te cargas esa responsabilidad ante el Universo.

2 Sabes cómo. Si no tienes el conocimiento o la experticia no te metas de consejero, ingeniero, sicólogo o terapeuta de alguien. Reconoce que no es tu misión, sencillamente da información para que esa persona busque al que sabe. No es tu deber entrometerte cuando no sabes cómo tender una mano amiga. Tantas “ayudas” son simples paliativos estériles. Se firme y no cedas ni un ápice cuando quieran abusar de ti.

3. Tienes con qué. Supongamos que alguien necesita con urgencia un millón de pesos y tú no los tienes. Tu Ego o tu mente contaminada te dicen: “Ve y presta ese dinero”. No los escuches ya que nunca debes ayudar a alguien si no tienes con qué. Tranquilo que el Universo le dará al otro lo que realmente necesite a través de otra persona. Todo es perfecto, aunque las apariencias muestren lo contrario. Si sigues estas reglas no es que te vuelvas indiferente, sino que aprendes a dar ayuda con sabiduría. Un amor firme será tu escudo cuando te  asedien los que se niegan a cambiar. Cada ser vino al mundo con talentos, tal como lo enseñó Jesús en sus parábolas: Lucas 19, 11-27. Cada persona debe responder por lo que recibió: Mateo 25,14-30.  Una de las más sabias parábolas de Jesús es la de los talentos que Dios da a cada persona. En la historia dos servidores dan buen fruto y el tercero es un perezoso que no produce nada. La parábola se cierra con una reflexión que debería poner a pensar a los que no saben poner límites:
 “Al que produce se le dará en abundancia, pero al que no produce se le quitará hasta lo que tiene”.

4.  Te corresponde moralmente. Si un hermano tuyo es irresponsable y no educa a sus hijos, tu misión no es educarlos ya que son hijos de él. Según las leyes de la vida esos hijos vinieron a vivir esa situación para aprender algo. Si tú interfieres en ese proceso nadie aprende y tu hermano sigue atrapado en su frescura, ya que alguien hizo lo que él debe hacer. Hay unas leyes de correspondencia y equilibrio que no debes violar. A cada ser le llega lo que le corresponde y, según la ley del equilibrio, en el Universo solo debe recibir el que da y actúa. El Universo le responde a la acción, no a la pereza.

Debe quedar claro que no tienes obligación de ayudar a tus padres o hermanos si ellos están en el sótano por actuar mal y sin querer cambiar, por derrochar el dinero o no trabajar. El “mito de la familia unida” presiona para que así sea, pero ellos también deben aprender que se recoge lo que se siembra. Lastimosamente abundan los casos en los que el hijo juicioso termina sosteniendo a los parientes vagos o irresponsables que se aferran al ingenuo como sanguijuelas. Algo que va en contra de las leyes espirituales por tres razones: 

1. El que obra bien, acaba sufriendo innecesariamente. 
2. Los irresponsables se recuestan. 
3. Se impide que esos seres inconscientes despierten y evolucionen.

5. El otro me pide ayuda. Jamás debes ayudar a quien no te lo solicita. Si no lo hace es porque él cree que no precisa esa ayuda, y si la recibe, es claro que no la va a valorar. Sólo ayuda cuando la persona realmente necesitada te lo pida. Por eso la mayoría de las veces que das limosna en la calle estás fallando, o porque no te la piden o porque el otro es un “vivo” que se enseñó a vivir de la mendicidad.

6. El otro realmente no puede hacer algo. Sólo te corresponde ayudar si el otro de verdad no puede hacerlo: Verifica que no puede porque está paralizado, mal de la mente o algo así. No digas a la carrera y con pesar que el otro “no puede”, ya que la mayoría de los grandes seres humanos llegaron a la cumbre arrancando de abajo y afrontando graves obstáculos, no  les tocó nada fácil. Basta que leas la vida de Bach, Beethoven, Dickens, Andersen, Chaplin o Edison. ¿Has aprendido algo valioso en los tiempos fáciles? Mira en Youtube los videos de
Bárbara Guerra, Adriana Macías o Jessica Cox y verás todo lo que pueden hacer los mal llamados limitados. En mi libro Crecer en crisis encuentras mensajes y testimonios sobre esto.

7. Ayuda por amor, no por ego o por pesar. Al Ego le fascina ayudar porque le genera una sensación de bondad detrás de la cual se suele camuflar el orgullo. Borra de tu mente las palabras “pobrecito”, “pesar” y “lástima”. Son inmensamente dañinas. Nadie es pobrecito ya que todo ser tiene dones para surgir y brillar si se lo propone. El pesar y la lástima son pésimos consejeros. La lástima, lastima. La lástima mantiene al otro en su inconsciencia y su estado de víctima. 

El irresponsable es un profesional de la manipulación y sabe cómo despertar el pesar en los débiles de carácter y los ingenuos. Siempre has oído que no hay que dar el pescado sino enseñar a pescar; todo el mundo lo sabe pero muy pocos lo practican. Del saber al hacer hay una distancia sideral.

domingo, 9 de diciembre de 2012

EDUCACIÓN - HOSPITALES UNIVERSITARIOS: Los Hospitales Universitarios deben Acreditarse

Complejo Hospitalario Miraflores. Universidad Mayor de San Andrés, Bolivia


Hospitales universitarios deben acreditarse.


Este documento, da una idea de lo que se espera de un Hospital Universitario.  La Universidad Nacional de Colombia ha dado grandes pasos, al proponer una nueva figura jurídica para administrar los sitios de práctica, al hacer seguimiento de la actualización de las estructura físicas (Sismoresistencia, requisitos de habilitación, accesibilidad, adecuación a los servicios actuales) y al convocar a la comunidad universitaria a donar para la dotación.

El siguiente documento (De Carlos Edgar Rodriguez) habla de los retos de gestión, enfocados desde el punto de vista de la calidad, que debe superar un Hospital Universitario en Colombia. 

Más allá del inmenso costo de la adecuación física, esta el reto de generar una disciplina de trabajo a todo nivel (Docentes, Administrativos, Directivos, Apoyo, Estudiantes), que se traduzca en un "Nuevo Modelo de Atención y de Formación".

No se puede seguir añorando un modelo que fracasó hace más de 20 años, no se puede ser tolerantes con las fallas que presentan las instituciones educativas y de salud actualmente, hay que trabajar pensando en las necesidades del país en los próximos 20 años, entendiendo el Hospital Universitario, como el punto de encuentro y el motor de transformación de los actores del Sistema de Salud.