lunes, 24 de marzo de 2014


¿Cómo utilizar el método de los 5 porqués para determinar la causa raíz de un problema?
7 Pasos

El procedimiento de los 5 porqués puede ser un método eficaz para determinar el origen de un problema o asunto. El objetivo de preguntar "por qué" cinco veces es el de ir trabajando hacia atrás desde el resultado final, con el fin de llegar a la causa, revelando con cada pregunta, de forma más específica conforme se avanza, por qué ocurrió el suceso. Recuerde que el objetivo de este método de las cinco preguntas es encontrar la verdadera causa de fondo para evitar que el problema ocurra otra vez.

1. Reúna toda la información que pueda sobre el problema en cuestión. La técnica de los 5 porqués funciona mejor cuando se maneja datos concernientes al asunto: antecedentes, condiciones e información sobre casos similares. Esto te ayudará a determinar cuál es la respuesta más lógica y probable para cada pregunta.

2. Reúna un equipo. Como suele suceder al trabajar en calidad, para utilizar el método de los 5 porqués de la forma más eficaz, debe reunirse un equipo de personas provenientes de grupos que cumplan funciones diferentes, con especialidades y experiencias diversas. Un elemento clave de este método es la gente que hace las preguntas y da las respuestas más probables en cada paso. Tener un grupo de personas diverso equivale a enriquecerse con la percepción del asunto desde diferentes puntos de vista y con opiniones dispares.  Abordar el problema desde distintos ángulos te puede llevar a encontrar respuestas en las que no habrías pensado por ti mismo y, finalmente, a revelar la causa fundamental del asunto.

3. Enfóquese en  el problema y pregunta "por qué" cinco veces. Comience con un planteamiento sencillo del problema que explique cuál es el asunto y, desde ahí, comienza a trabajar hacia atrás preguntando por qué fue ocurriendo cada paso. Utilice la lógica, el conocimiento y experiencia de su equipo para encontrar la respuesta más probable para cada una de las cinco preguntas. He aquí un ejemplo del procedimiento puesto en práctica: Planteamiento del problema: Cirugía Cancelada ¿Por qué se cancelan las cirugías? (Porqué 1) La maquinas máquinas de anestesia suelen fallar. ¿Por qué se dañan las máquinas de anestesia? (Porqué 2) La válvulas de PEEP suelen fallar. ¿Por qué las válvulas de PEEP suelen fallar? (Porqué 3) Las válvulas de PEEP solamente duran unos seis meses y  no se han cambiado en ocho meses. ¿Por qué nadie cambió las válvulas de PEEP a los seis meses? (Porqué 4) Nadie sabía que había que cambiarlas. ¿Por qué nadie sabía que necesitaba ser cambiadas? (Porqué 5) No hay un programa de mantenimiento preventivo establecido que les diga a los ingenieros  biomédicos que lo hagan. (Causa raíz)

4 Analice cada uno de los 5 porqués. A medida que vaya trabajando las respuestas a estas preguntas, analice cada paso y ponga a prueba sus suposiciones si es posible. Hagase a ud mismo algunas preguntas sobre las respuestas a los porqués. - ¿Llevaría esta respuesta al efecto anterior? - ¿Es la más adecuada teniendo en cuenta todo lo que sabemos sobre el problema? - ¿Podría haber otras posibilidades? Recuerde que el objetivo de este método de las cinco preguntas es encontrar la verdadera causa de fondo para evitar que el problema ocurra otra vez.

5 Cuando haya preguntado “por qué” cinco veces y crea que has llegado a la causa raíz, busque una solución para ella. Cuando tenga la solución, siga el razonamiento lógico hacia atrás de la cadena de porqués para determinar si resolverá el problema. Continuando con el ejemplo anterior: Causa raíz: no existe un programa de mantenimiento preventivo establecido que le diga a los ingenieros biomédicos, que cambien las vávulas PEEP de las máquinas de anestesia cada seis meses. Solución: poner en marcha un plan de mantenimiento preventivo para cambiar las válvulas PEEP de las máquinas de anestesia cada seis meses.

6 Ponga en práctica la solución al último porqué y mire cuáles son los efectos que causa. Perfeccione la solución  o repita el proceso de las 5 preguntas si es necesario, para volver a evaluar el problema.

7 Si es necesario, habrá que ir más allá de los cinco porqués para determinar la causa raíz y conseguir que ésta tenga sentido. Por ejemplo, si la respuesta al porqué 4 del ejemplo se cambiara por "Los ingenieros biomédicos no siguieron el programa de mantenimiento preventivo", es mejor seguir preguntando por qué los ingenieros biomédicos no siguieron el programa: ¿Por qué los ingenieros biomédicos  no siguieron el programa? (Porqué 5) No han sido entrenado en el programa de mantenimiento preventivo para las máquinas de anestesia que compró el hospital. ¿Por qué los ingenieros biomédicos no fueron entrenados? (Porqué 6) Vienen de otros hospitales donde utilizan otros modelos de máquina de anestesia. (Causa raíz). Solución: capacitar a todos los nuevos ingenieros biomédicos en el mantenimiento preventivo del equipo que se encuentra en las zonas donde van a incorporarse. Puede terminar encontrando una solución distinta al problema si continúa preguntando por qué hasta llegar a la verdadera raíz. Esto le ayudará a evitar decidirse por una respuesta sencilla que simplemente echa la culpa a una persona, y llegará a la raíz. La causa raíz es más probable suele ser  que un proceso o una cuestión de procedimiento deben mejorarse.

Bibliografía

1. Council for Continuous Improvement.- Manual de Herramientas Básicas para la Mejora Continua. Ed. Panorama
Páginas Web: www.ongconcalidad.org 




martes, 18 de diciembre de 2012

HISTORIA DE LA MEDICINA EN COLOMBIA - HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS

Una sala donde sobran los enfermos y faltan las camas: Una clínica en San Juan de Dios, donde los pacientes se aglomeran sin distinción, el tuberculoso al lado del tísico. Obsérvese, junto a los visitantes, un convaleciente habilitado de enfermero. REVISTA EL GRÁFICO 1922 N° 626 

El siguiente documento, elaborado por la administración de la ciudad de Bogotá, presenta la Historia, con un enfoque artístico - arquitectónico, del Hospital San Juan de Dios de Bogotá.

Dicho centro asistencial, actualmente cerrado, representa la evolución de los centros hospitalarios de alta complejidad, en el país desde la colonia hasta finales del siglo XX, inicialmente como centros de atención y posteriormente como centros de formación de nuevos profesionales.

Lo presentamos en este blog, no para unirnos al coro de quienes lloran, con mayor o menor fundamento, por "glorias pasadas", sino para ayudar a formar una mirada en el tiempo de la institución, para reflexionar sobre la necesidad de adaptarse a los cambios en el entorno y recordar que lo que esta por construirse es un nuevo capítulo, no el retorno a una etapa que ya pasó. 

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domingo, 16 de diciembre de 2012

HUMANIZACIÓN - EL DIFICIL ARTE DE AYUDAR

N.E: Los momentos de encuentro entre los Profesionales de la Salud y los Pacientes, se pueden analizar desde diversos puntos de vista. En esta ocasión queremos compartir con ustedes una reflexión del ex sacerdote católico Gonzalo Gallo, sobre las relaciones de ayuda, las cuales consideramos el el propósito fundamental  de dichos encuentros.




EL EXIGENTE ARTE DE AYUDAR. 
Por Gonzalo Gallo

Ayudar es un arte que pide sabiduría para no causar estragos cuando  crees ingenuamente que estás haciendo el bien. De hecho, muchas veces ayudar no es más que alcahuetiar y el que dice “tan bueno yo”, debería afirmar: “tan cándido y tan pendejo yo”. Cuando tú te pones de cojín un “vivo” se te monta, y cuando tienes una personalidad de tapete te caminan por encima. Para ser feliz no debes llevar las cruces de los demás ni hacer malabares con tus bienes, sólo necesitas conocer y aplicar las Leyes Espirituales. Siendo tan “bueno”, como erróneamente lo crees, abusarán de ti y sufrirás lo indecible hasta que aprendas a ser firme y a decir: No.
El que ayuda sin sabiduría es víctima de unas creencias equívocas que lo impelen a ayudar sea como sea, ciegamente. Además, el Ego se infla, se siente bien al hacerlo y en tu interior te susurra: “tan bueno tú que ayudas”. Lo cierto es que sólo debes ayudar cuando se cumplan las siguientes condiciones:

1. Aceptas la realidad y no interfieres en el aprendizaje del otro. Los sabios aseguran que cada ser vive exactamente lo que necesita vivir para aprender lo que debe aprender. Nadie está mal por mala suerte sino porque debe cosechar lo que sembró. Sí evitas que la otra persona aprenda en la Escuela del dolor, sólo retrasas su aprendizaje y además te haces responsable de eso. La vida funciona con base en leyes espirituales y todo ser humano debe sufrir las consecuencias de sus actos para que pueda evolucionar. Sin consecuencias nunca se toma consciencia.
Entiende que al que malgasta su dinero o al que se queja sin tregua, le tendrás que “ayudar” toda la vida ya que en tu ignorancia le solucionas sus problemas y él sigue tan fresco. Cada mes puedes darle dinero y cada mes lo botará. Nada arreglas y sólo postergas su cambio. Lo haces “porque es mi hermano”, “porque es mi mamá o mi papá”. Olvidas que a ese ser Dios lo ama, pero no le soluciona los problemas que él mismo crea. En suma, crees que obras bien y en realidad evitas que alguien fresco o pusilánime evolucione y te cargas esa responsabilidad ante el Universo.

2 Sabes cómo. Si no tienes el conocimiento o la experticia no te metas de consejero, ingeniero, sicólogo o terapeuta de alguien. Reconoce que no es tu misión, sencillamente da información para que esa persona busque al que sabe. No es tu deber entrometerte cuando no sabes cómo tender una mano amiga. Tantas “ayudas” son simples paliativos estériles. Se firme y no cedas ni un ápice cuando quieran abusar de ti.

3. Tienes con qué. Supongamos que alguien necesita con urgencia un millón de pesos y tú no los tienes. Tu Ego o tu mente contaminada te dicen: “Ve y presta ese dinero”. No los escuches ya que nunca debes ayudar a alguien si no tienes con qué. Tranquilo que el Universo le dará al otro lo que realmente necesite a través de otra persona. Todo es perfecto, aunque las apariencias muestren lo contrario. Si sigues estas reglas no es que te vuelvas indiferente, sino que aprendes a dar ayuda con sabiduría. Un amor firme será tu escudo cuando te  asedien los que se niegan a cambiar. Cada ser vino al mundo con talentos, tal como lo enseñó Jesús en sus parábolas: Lucas 19, 11-27. Cada persona debe responder por lo que recibió: Mateo 25,14-30.  Una de las más sabias parábolas de Jesús es la de los talentos que Dios da a cada persona. En la historia dos servidores dan buen fruto y el tercero es un perezoso que no produce nada. La parábola se cierra con una reflexión que debería poner a pensar a los que no saben poner límites:
 “Al que produce se le dará en abundancia, pero al que no produce se le quitará hasta lo que tiene”.

4.  Te corresponde moralmente. Si un hermano tuyo es irresponsable y no educa a sus hijos, tu misión no es educarlos ya que son hijos de él. Según las leyes de la vida esos hijos vinieron a vivir esa situación para aprender algo. Si tú interfieres en ese proceso nadie aprende y tu hermano sigue atrapado en su frescura, ya que alguien hizo lo que él debe hacer. Hay unas leyes de correspondencia y equilibrio que no debes violar. A cada ser le llega lo que le corresponde y, según la ley del equilibrio, en el Universo solo debe recibir el que da y actúa. El Universo le responde a la acción, no a la pereza.

Debe quedar claro que no tienes obligación de ayudar a tus padres o hermanos si ellos están en el sótano por actuar mal y sin querer cambiar, por derrochar el dinero o no trabajar. El “mito de la familia unida” presiona para que así sea, pero ellos también deben aprender que se recoge lo que se siembra. Lastimosamente abundan los casos en los que el hijo juicioso termina sosteniendo a los parientes vagos o irresponsables que se aferran al ingenuo como sanguijuelas. Algo que va en contra de las leyes espirituales por tres razones: 

1. El que obra bien, acaba sufriendo innecesariamente. 
2. Los irresponsables se recuestan. 
3. Se impide que esos seres inconscientes despierten y evolucionen.

5. El otro me pide ayuda. Jamás debes ayudar a quien no te lo solicita. Si no lo hace es porque él cree que no precisa esa ayuda, y si la recibe, es claro que no la va a valorar. Sólo ayuda cuando la persona realmente necesitada te lo pida. Por eso la mayoría de las veces que das limosna en la calle estás fallando, o porque no te la piden o porque el otro es un “vivo” que se enseñó a vivir de la mendicidad.

6. El otro realmente no puede hacer algo. Sólo te corresponde ayudar si el otro de verdad no puede hacerlo: Verifica que no puede porque está paralizado, mal de la mente o algo así. No digas a la carrera y con pesar que el otro “no puede”, ya que la mayoría de los grandes seres humanos llegaron a la cumbre arrancando de abajo y afrontando graves obstáculos, no  les tocó nada fácil. Basta que leas la vida de Bach, Beethoven, Dickens, Andersen, Chaplin o Edison. ¿Has aprendido algo valioso en los tiempos fáciles? Mira en Youtube los videos de
Bárbara Guerra, Adriana Macías o Jessica Cox y verás todo lo que pueden hacer los mal llamados limitados. En mi libro Crecer en crisis encuentras mensajes y testimonios sobre esto.

7. Ayuda por amor, no por ego o por pesar. Al Ego le fascina ayudar porque le genera una sensación de bondad detrás de la cual se suele camuflar el orgullo. Borra de tu mente las palabras “pobrecito”, “pesar” y “lástima”. Son inmensamente dañinas. Nadie es pobrecito ya que todo ser tiene dones para surgir y brillar si se lo propone. El pesar y la lástima son pésimos consejeros. La lástima, lastima. La lástima mantiene al otro en su inconsciencia y su estado de víctima. 

El irresponsable es un profesional de la manipulación y sabe cómo despertar el pesar en los débiles de carácter y los ingenuos. Siempre has oído que no hay que dar el pescado sino enseñar a pescar; todo el mundo lo sabe pero muy pocos lo practican. Del saber al hacer hay una distancia sideral.